Los pisos laminados son piezas diseñadas para cubrir el suelo, son muy parecidos a los pisos de madera, pero mucho más económicos, son fáciles de colocar y tienen una gran variedad en colores y diseños.
Estos pisos pueden usarse en comercios con poca afluencia de personas e interiores de casas. Se trata de un material resistente al desgaste, la decoloración y las manchas.
Cabe recalcar que los pisos laminados no están completamente hechos de madera, su composición está hecha de diversos materiales comprimidos a presión. La mayoría de ellos cuentan con tres capas; la primera es resistente a la humedad, la segunda está hecha a base de fibra de vidrio y la tercera y última aporta la apariencia de madera.
Esta fórmula permite que el piso se limpie con facilidad y lo hace resistente a sustancias corrosivas, a los rayones y a los golpes.
A continuación, te presentaremos algunas de las ventajas que podemos tener a la hora de tener un piso laminado en nuestra casa u oficina:
– Fácil limpieza: La superficie que dejan los pisos laminados es lisa y uniforme lo que hace que este sea de una limpieza muy fácil y casi inmediata ya sea con el trapero, escoba o la aspiradora. La textura de esto pisos laminados impide que el polvo se acumule, lo que lo hace perfecto para personas alérgicas.
– Es un producto ecológico: Desde su fabricación que viene derivado de la madera hasta su reciclaje al final de su vida útil los pisos de laminados son amigables con el medio ambiente.
– Son fáciles de colocar: Los pisos laminados son muy fáciles de colocar, las placas de los pisos laminados se acoplan perfectamente entre ellas.
– Multitud de diseños: El piso laminado es básicamente un papel impreso, esto facilita encontrar una gran variedad de diseños y colores.
– Durabilidad: La vida útil de un piso laminado supera sin dificultad los 10 años, después de este tiempo es recomendable cambiar al menos las piezas más dañadas.
– Accesibles: En comparación con los otros pisos, el piso laminado es una opción bastante económica.